Los que estamos haciendo el curso propedéutico hemos realizado la primera visita para conocer ladiócesis de Barcelona. Qué mejor manera de hacerlo que visitar la Catedral de Barcelona a manos delos canónigos Mn. Josep Vives y Mn. Robert Baró.
Hemos podido disfrutar de la historia de la diócesis de Barcelona, sin perder de vista el lado espiritual y de la fe. Así nos lo ha explicado Mn. Varo, puesto que en la Plaça de la Seu nos situamos al Oeste en las sombras, y cuando entramos en la catedral nos dirigimos hacia el Este donde sale el sol, hacia la luz y por tanto hacia nuestro Señor Jesucristo.
La visita a la catedral es una verdadera catequesis, ya que todo empieza en la puerta que invita a todos los hombres a entrar en la casa de Dios. Una escultura de Cristo divide la puerta en dos dando a entender que la forma de entrar en la casa de Dios es por medio de Él.
Una vez dentro, continuamos hacia el sobrecogedor coro, lugar de oración de los fieles. Desde el coro vemos abajo la cripta de Santa Eulalia y arriba el presbiterio con el altar y la cátedra. No es casualidad que se vean ambos ambientes a la vez desde el centro del coro, puesto que nos recuerda que el pueblo se sostiene por los mártires y que hay que llegar a la Eucaristía y de allí al cielo, por eso la llave de media vuelta está la crucifixión y más arriba siguiendo en línea vertical del altar en la torre está la cruz de Jesús, y solo se accede a Dios por medio de la oración, por eso nos situamos en el coro.
Ha sido una gran experiencia de fe esta visita en la que hemos podido también subir a los tejados ycontemplar las maravillosas vistas que ofrece la catedral de la ciudad de Barcelona. No podemos olvidar la explicación de algunos de los retablos y altares situados alrededor de la catedral, en el que hay verdaderas obras maestras y reliquias del s.XIV.
Por último, acabamos en el claustro donde hemos podido venerar la capilla de los mártires durante el trienio de la guerra civil. Además de entrar en la sala capitular en la que se reúnen los canónigos y en la que hemos podido disfrutar del cuadro de La Piedad de Bartolomé Bermejo. A la salida nos despedimos de las 13 ocas de Santa Eulalia que vigilan la catedral y el claustro de la catedral. Pero sobre todo damos las gracias a los dos canónigos que nos han hecho de guías en esta mañana de septiembre.
Luis Jaureguizar
Etapa Propedèutic